20 Enero, 2015
Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 20 ene 2015.- El ex ministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez, afirma que, a pesar de la significativa caída de los precios del petróleo, el gobierno tiene un margen de maniobra importante que compensaría en un 85% la caída de los ingresos.
¿El problema? El gobierno nacional no tiene una compresión correcta de la naturaleza de la crisis económica. “Esa incomprensión de las verdaderas causas de los desequilibrios se manifiesta en un análisis muy superficial que se verifica cuando uno evalúa el tipo de medidas que se adoptan”.
A continuación la primera parte de nuestra conversación con Noticiero Digital.
¿Qué cree usted que debe hacer el gobierno nacional a consecuencia de la caída de los precios del petróleo?
-Indudablemente que el derrumbe de los precios del petróleo va a tener un impacto muy severo en el déficit fiscal en el curso de 2015. Se estima muy conservadoramente que el déficit pudiera estar entre un 18 ó 20 por ciento del PIB; lo cual es un déficit descomunal.
-Sin embargo, el país y el gobierno tienen un margen de maniobra que inteligentemente utilizado y aprovechado pudiera compensar en gran medida una caída tan abrupta de los ingresos fiscales, para poder generar los recursos que permitan financiar, sobre todo, los programas sociales e impedir una erosión muy severa, de lo que es la inversión social del gobierno.
-Ese margen de maniobra pudiera ser, en primer lugar, la unificación cambiaria que le pueda reportar al Fisco un cuantioso ingreso. No tiene sentido que el gobierno siga sacrificando un enorme déficit fiscal, a empeñarse en vender el mayor porcentaje del presupuesto en divisas a una tasa totalmente artificial; como es la de 6,30, incluso, la de doce bolívares del Sicad I.
-Sobre todo porque el efecto antiinflacionario que se esperaba de esas tasas de cambio para abaratar las importaciones que se hacen y que, supuestamente, iba a ser transferido al precio que pagamos todos los consumidores, resulta que ese efecto ha sido anulado por los cazadores de renta, los especuladores cambiarios y los corruptos que han diseñado sofisticados mecanismos para capturar los dólares baratos a 6,30, a 12 y luego buscar la manera de venderlos en el Sicad II y sobre todo, en el paralelo; lo cual deja sin sentido que el gobierno siga haciendo ese sacrificio por empeñarse en mantener unas tasas de cambio sobrevaluadas. De modo que allí hay un importante margen de maniobra.
-La otra decisión tiene que ver con sincerar el precio de la gasolina. Si uno estima que el subsidio semanal que recibe cada vehículo cada vez que va a una estación de servicios a llenar el tanque está en torno a los sesenta dólares por semana, y si uno multiplica los 60 dólares por 52 semanas, ya son 3 mil 120 dólares por subsidio, y si uno multiplica eso por los 4 millones de carros que circulan por el territorio nacional, ahí hay un costo de oportunidad de más de doce mil millones de dólares que el gobierno pudiera levantar.
-Si se sincera el precio de la gasolina, al igual que el precio en la frontera con Colombia, las islas del Caribe y Brasil; prácticamente se erradicaría el contrabando de extracción de más de cien mil barriles diarios; de manera que cuando multiplicas 100 mil por 365 días al año, y multiplicas eso por un precio en unos 70 dólares, que es el promedio para este año, eso da adicionalmente unos 3 mil 500 millones de dólares más.
-Si, además de eso, revisas los acuerdos de cooperación energética, particularmente, los de Petrocaribe y en lugar de posponer el cobro de la factura a quince o veinte años, revisas los plazos y los adecuas a estas nuevas condiciones de restricciones económicas y presupuestarias; garantizándole el suministro a los países del acuerdo; pero planteando una nueva condición de que la factura se pague a 90 ó 180 días se pudieran entonces generar unos 5 mil millones de dólares más.
-Si, adicionalmente a todo lo planteado, se recorta el gasto militar; se logra un ahorro de unos 3 mil millones de dólares; además de eso, se racionaliza y se disciplina el gasto público; prácticamente el impacto de la caída de los precios del petróleo pudiera corregirse en un 85 ó 90 por ciento en el curso del año 2015.
¿A qué precio se referiría usted, cuando habla de unificación cambiaria? ¿Sería una tasa fija o se iría devaluando? ¿Qué sucedería con el paralelo?
-Hay distintos criterios para aproximarse a cuál debería ser el nuevo precio del dólar. Un criterio es la llamada tasa de cambio implícita que consiste en dividir la liquidez monetaria entre las reservas internacionales, toda vez que la tasa de cambio es una relación de bolívares entre dólares, y eso estaría dando 84 bolívares por dólar. Esa sería una tasa de cambio muy alta para el arranque de la unificación que si bien tiene un rigor técnico, debe tener también viabilidad política y social.
-Otro criterio pudiera ser fijar el nuevo precio del dólar para que exprese la verdadera productividad de la agricultura y de la industria; de manera que le dé un respiro al aparato productivo interno que se ha visto severamente castigado por ese alud de importaciones que llegaron a tasa de cambio sobrevaluada; que no expresaba la verdadera productividad de la economía del país, y esa tasa pudiera estar entre 50 y 55 bolívares por dólar.
-Hay otro criterio; que es la tasa de cambio de equilibrio; que es donde se iguala la tasa de la oferta y la demanda de divisas y que pudiera estar entre 35 ó 40 bolívares por dólar. Yo me decanto por esta tasa para evitar el impacto inflacionario; que en todo caso ya ha sido absorbido en la mayor cantidad de bienes y servicios que uno consigue en las redes de distribución y comercialización; toda vez que, ante la certeza de los agentes económicos de que tarde o temprano los que estaban presupuestados a tasas Cencoex de 6,30 han sido migrados a la tasa de Sicad I, y los que estaban en Sicad I, han tenido que migrar a la tasa del Sicad II; ya prácticamente, a la hora de fijar el precio de venta al público, no se está utilizando la tasa de 6,30, ni siquiera la del Sicad I, sino la del Sicad II, y en loa mayoría de los casos en la tasa del paralelo.
-De modo que (la unificación cambiaria) no tendría impacto inflacionario por eso; porque el impacto ha sido absorbido, y debería ser una tasa flotante. No debería ser una tasa rígida porque el impacto inflacionario terminaría de nuevo apreciando y sobrevaluando esa tasa de cambio. Una sola tasa de cambio sería un incentivo para la activación de otras fuentes de divisas distintas a la petrolera.
-Porque una tasa de cambio de 35 ó 40 bolívares; donde operadores a gran escala, que necesitan convertir divisas en bolívares pero que no lo hacen al verse obligados a convertirlos a 6,30 ó 12, al tener una tasa de cambio mucho menos remunerativa, sería un estímulo para la inversión extrajera. Permitiría incluso reactivar las exportaciones no petroleras. Estimularía la repatriación de capitales y, por supuesto, sería un estímulo mayor para el turismo internacional.
¿Por qué el presidente Maduro ha tardado tanto en llevar a cabo los anuncios del ajuste económico?
-Creo que hay varios factores que inciden en esta inercia gubernamental. Por un lado, la incomprensión de la naturaleza de esta crisis económica y de los distintos desajustes fiscales, monetarios, cambiarios y de precios a través de la cual se expresa la misma. Esa incomprensión de las verdaderas causas de los desequilibrios se manifiesta en un análisis muy superficial que se verifica cuando uno evalúa el tipo de medidas que se adoptan.
-Que son medidas, sobre todo, orientadas a aumentar las regulaciones, a aumentar los controles de precios; los controles biométricos, los cupos, y que, finalmente, lo que están atacando es la manifestación superficial del problema; que no se está yendo a la raíz del problema. Son muchos los diagnósticos equivocados; en consecuencia, muchas las políticas equivocadas que se han adoptado.
-Por otro lado, está todo lo que tiene que ver con las supersticiones en el sector oficial; los costos políticos que se le atribuyen, las creencias limitantes, que existen dentro del propio gobierno y que está preso; preso al creer que si aumenta el precio de la gasolina se va a detonar un conflicto social; al creer que la unificación cambiaria va a ser un elemento que va a empobrecer aún más a la población cuando hay sectores que sencillamente están en unos niveles de pobreza crítica; al creer que si se levantan los controles de precios se va a recrudecer la inflación.
-Un tercer elemento es la influencia que tienen los cazadores de renta, que son los que amasan cuantiosas fortunas porque se aprovechan del régimen cambiario; capturan dólares baratos a 6,30 y a 12 para luego los venderlos en el Sicad II o en el paralelo. Son las mafias que viven del contrabando de extracción de gasolina; del contrabando de extracción de alimentos, y que terminan teniendo una gran influencia en el gobierno; quienes han sido denunciados por el propio presidente de Maduro, y que de alguna manera frenan también la adopción de las medidas.
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