Víctor Álvarez R.
publicado en www.finanzasdigital.com
La considerable caída de los precios
del petróleo sorprendió al gobierno sin ahorros. El nivel de reservas
internacionales es muy crítico y no se acumularon recursos en el Fondo de Estabilización
Macroeconómica para encarar los tiempos de escasez. Sin embargo, el gobierno
tiene un importante margen de maniobra que -bien identificado e
inteligentemente aprovechado-, puede ayudar a compensar el descalabro del
ingreso petrolero y evitar un mayor impacto económico y social.
Para empezar, el gobierno puede derrotar el contrabando y la especulación
si corrige las distorsiones cambiarias, de precios y los ineficientes subsidios
que alimentan los millardarios negocios de especuladores, contrabandistas y
corruptos. El producto más caro es el que no se consigue, de qué vale un PVP
congelado por debajo del costo si así nadie produce y los bienes esenciales no
se consiguen. Es la abismal brecha de precios entre Venezuela y los países
vecinos una de las causas más importantes que explica el contrabando de
extracción y la escasez.
El impacto de las medidas cambiarias
El Presidente Nicolás Maduro anunció un sistema cambiario
que atenderá tres mercados, dejando claro que se mantendrá la tasa de 6,30 Bs/$ para
alimentos y salud; pero sin precisar en cuánto quedará la única tasa Sicad para
las demás importaciones, ni el precio de la divisa que regirá para el nuevo
mercado que se activará a través de las casas de bolsa.
En este
último mercado las personas naturales y jurídicas podrán realizar directamente
operaciones de compra-venta de divisas, sin intermediación del BCV. El objetivo
es estimular una creciente oferta de divisas no petroleras que erradique el
dólar paralelo. Pero el logro de este esquivo objetivo dependerá de que no se
frene artificialmente la tasa de cambio, como terminó pasando con el Sicad 2. Al
inicio, el precio de la divisa en ese tercer mercado seguramente quedará muy
alto -por encima del actual Sicad 2-, pero a medida que aumente la oferta de
divisas proveniente de la inversión extranjera, la repatriación de capitales,
el turismo internacional y las exportaciones no petroleras, este mercado irá
encontrando su nivel de equilibrio.
La
unificación de los SICAD
Para el análisis del segundo mercado,
es importante subrayar que la tasa Cencoex está extremadamente sobrevaluada, Sicad
1 muy sobrevaluado y Sicad 2 luce subvaluada, en comparación con la tasa de
cambio de equilibrio que se ubica en torno a 40 Bs/$. En consecuencia, el Sicad
unificado tendría que comenzar en un punto intermedio entre las actuales tasas
de Sicad 1 y 2. Sobre todo porque ante un bajo nivel de reservas
internacionales y el actual
exceso de liquidez,
un Sicad único
al nivel de Sicad I no resultaría confiable ni sostenible y las presiones de
demanda en el mercado cambiario harían muy difícil aislar los factores
especulativos.
La razón por la cual se espera que la
nueva tasa Sicad unificada se deslice gradualmente hacia el límite de Sicad II
es que -a medida que el gobierno levante más bolívares por cada dólar que venda
en el segundo mercado-, podrá compensar -en términos de bolívares-, el
descalabro del ingreso en divisas: menos dólares se venderán más caros. Y al
vender los dólares a una tasa mayor, PDVSA podrá aliviar sus finanzas y no
tendrá que recurrir a nuevos endeudamientos con el BCV. Así, el instituto
emisor recibirá menos presiones para emitir dinero sin respaldo, cuestión que
favorecerá la desaceleración de la liquidez monetaria, cuyo desmesurado
crecimiento ha desquiciado la inflación.
La
suerte del dólar paralelo
Al despejarse la incertidumbre sobre la tasa de cambio, se espera un aumento en
la oferta de divisas privadas y un punto de inflexión en el dólar paralelo, el
cual tenderá a la baja, tal como ocurrió cuando se reformó la Ley de Ilícitos
Cambiarios. Para entonces se activó el Sicad 2 y el paralelo cayó de casi 100
Bs/$ a menos de 70 Bs/$.
Si la sumatoria de la oferta pública y
privada de divisas en los tres mercados satisface la demanda, ya no habrá
razones para precios tan altos del paralelo y este tenderá a bajar hasta desaparecer.
Así, quienes especulan en el mercado cambiario procurarán vender sus divisas antes
de que el paralelo caiga a su mínimo nivel.
¿Quiénes
serán los perdedores?
Si se aprendieron bien las lecciones
que dejó el anclaje cambiario, el Sicad único no debería ser una tasa de cambio
fija, sino permitir su flotación en un sistema de bandas o aplicar un crawling
peg con pequeños y periódicos ajustes que eviten la tendencia a la
sobrevaluación. Así, la nueva tasa Sicad se iría acercando gradualmente a un
nivel que exprese la verdadera productividad del aparato productivo, facilitando
la sustitución de importaciones, la diversificación de exportaciones y la
transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo
productivo exportador.
Muy afectadas quedarán las industrias
locales de alimentos y fármacos que no podrán competir con unas importaciones
subsidiadas a una tasa tan baja de 6,30 Bs/$. Los fabricantes nacionales tienen
que contabilizar un crecimiento de los costos domésticos que corren a razón de
56,3 % y casi 70 % en los últimos dos años y así no podrán competir con
importaciones tan baratas. Aunque se logre contener la presión alcista de los
precios en estos dos sectores fundamentales de la canasta básica, el efecto no
deseado es que para lograr la meta antiinflacionaria, se castigarán dos
sectores clave en los que se sustenta el logro de la soberanía alimentaria y
productiva.
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