Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias
El Ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa,
Eulogio del Pino, emprendió desde el 30 de enero una
larga gira por Rusia, Qatar, Irán y Arabia Saudita con el fin de explicar
la propuesta para “recuperar el equilibrio” en el único mercado donde el
gobierno entiende el funcionamiento de la Ley de la Oferta y la Demanda: el
mercado petróleo. En los demás mercados cualquier mención a la defensa de los
mecanismos de los precios es considerado neoliberalismo puro y duro.
Para sustentar la posibilidad real de recuperar y
estabilizar la cotización del petróleo en los mercados internacionales, es necesario
comprender las causas coyunturales y estructurales que determinan la evolución
de los precios. En primer lugar, la combinación de una menor actividad
económica global con una mayor producción de países No-OPEP ha provocado un exceso de oferta estimada en
2 millones de barriles diarios y, en consecuencia, el derrumbe de los precios.
En la OPEP hay visiones distintas que
generan crecientes tensiones. La caída de los precios golpea los ingresos de países como Venezuela,
Irak, Nigeria que, agobiados por sus déficits fiscales y próximos pagos de
deuda, requieren acciones urgentes para lograr que el precio del crudo salgan
del foso en el que han caído. Pero Arabia Saudita -país que cuenta con
suficientes reservas en divisas para soportar la caída de los precios-, es
partidario de dejar que sea el mercado quien restaure los precios, en lugar de
recortar la producción. La suspensión
de las sanciones a Irán se traduce en un incremento en la oferta en torno a los
500 mil barriles diarios, cuestión que acentuará las presiones a la baja de los
precios del petróleo.
Precios
bajos dejan por fuera a los petróleos caros que se extraen con la técnica del
fracking. Por eso importantes productores de la OPEP, en lugar de recortar,
prefieren mantener su nivel de extracción. Sobre todo Arabia Saudita, que no
está dispuesta a sacrificar su producción para que otros países no OPEP ocupen
su cuota de mercado.
La apreciación del
dólar en comparación con otras monedas de reserva también afecta negativamente
los ingresos de los países exportadores de petróleo y materias primas que
facturan en dólares sus exportaciones. Un mayor poder de compra de la divisa
estadounidense se traduce en menos dólares por barril.
Pero lo más importante son los cambios
estructurales en la matriz energética mundial debido a la difusión de las
tecnologías de información que mejoran la eficiencia energética y determinan
que hoy es posible producir la misma unidad de PIB con menos energía. En 2017,
EE.UU. pasará a ser el primer productor de crudos con su petróleo de esquisto y
dejará de comprar tanto petróleo a los países de la OPEP.
Contradicciones entre Plan de la
Patria y posición de Venezuela en la OPEP
El
gobierno venezolano propone una
banda que opere como mecanismo activador de recortes/aumentos de la producción
para estabilizar el precio del petróleo, pero contradictoriamente el objetivo
N° 3 del Plan de la Patria plantea duplicar la extracción y llevarla de
3,3 a 6 millones de barriles diarios. Habría que preguntarse, entonces,
si duplicar la extracción de petróleo es
coherente con el propósito de la gira de Eulogio del Pino por los países de la
Opep. ¿Qué pasará con los precios cuando Venezuela pueda extraer tanto
petróleo?
En materia de política petrolera,
el objetivo cardinal del gobierno bolivariano ha sido reivindicar precios más
justos para el petróleo, lo cual suele ir a contrapelo de maximizar la
extracción del crudo. Controlar
los volúmenes de producción es la mejor manera de defender un nivel alto para
los precios del petróleo. Por lo tanto, duplicar la extracción puede inducir a
los demás países de la OPEP a aumentar su producción, provocando así una
sobreoferta de crudos que pudiera hundir los precios. Esto significaría retroceder
al tiempo en que los países miembros resquebrajaron su disciplina de cuotas,
aumentaron unilateralmente la producción y provocaron una sobreoferta que
colapsó los precios.
Recordemos que en los años 90, PDVSA, al maximizar los volúmenes de
extracción, incurrió en una frecuente violación de la cuota fijada por la OPEP
y fue un factor determinante en el derrumbe de los precios petroleros. En
consecuencia, si controlar los volúmenes de producción es la estrategia del gobierno
para defender el precio del petróleo, al duplicar el volumen de producción -tal
como lo Plantea el Plan de la Patria-, esto inducirá a los demás países de la
OPEP a aumentar también su producción, lo que provocaría una sobreoferta de
crudos que descalabraría los precios del petróleo y daría al traste con la
aspiración de estabilizar en una banda el precio de los crudos.
Lograr mejores precios para el petróleo está en abierta
contradicción con incrementar su extracción. En la lógica del mercado
petrolero, estos objetivos son irreconciliables. El aumento de la producción
provoca una baja en los precios, y viceversa. Este es el
círculo vicioso en el que quedan atrapadas las economías que dependen de la
exportación de un recurso natural, toda vez que al aumentar la extracción para
obtener una mayor renta, los precios se desploman y el ingreso rentístico
colapsa.
A
la luz de los factores antes explicados, resulta poco probable que los precios
del petróleo superen el mínimo de 40 $/b estimado para el presupuesto 2016. Sobre
todo si se tiene en cuenta que el Plan de la Patria se plantea duplicar la
extracción de petróleo, lo cual se contradice con el planteamiento que el
gobierno venezolano ahora le hace a la OPEP de activar un mecanismo regulador para
recortar la producción y defender los precios. @victoralvarezr
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